Primeros momentos de interacción de Erik en la guardería, al poco de comenzar en el 2007. En la primera foto, al fondo a la izquierda, se puede ver lo que Erik denominaba "el agujero".
Me gustaría, lo primero, agradecer a la guardería donde está Erik todas las facilidades que me han dado para poder permanecer y actuar con Erik y los otros niños siempre que lo he deseado. He pasado muchísimas horas en la guardería, adoro a todos los niños del grupo de Erik, que es de integración. Nos divertimos mucho jugando juntos, sea o no de forma estructurada. Y lo más maravilloso es ver cómo hoy en día Erik es un niño más, con sus amiguitos y sus preferencias de juego. Como todos.
Actualmente dedico dos horas semanales en la guardería para mejorar la interacción, la socialización y la conducta de juego de Erik. Suelo trabajar la primera hora de forma estructurada con Erik y tres o cuatro niños más, y la otra con mucha libertad en el juego, dejando a los niños y a Erik tomar la iniciativa.
Erik comenzó la guardería en agosto de 2007, poco después de haber cumplido tres años. El sistema alemán es diferente al español. Aquí los niños empiezan el cole con seis años, así que Erik todavía estará en su Kindergarten un par de años.
Las primeras semanas en la guardería fueron bastante complicadas. Para Erik era muy difícil aceptar el contacto con los otros niños. Le molestaban los ruidos, las luces, el ver a los niños siempre en movimiento. Al llegar deseaba meterse siempre en una zona bajo una plataforma protegida con cortinas. Erik lo llamaba “el agujero”, y de ahí no quería salir. Así que me metía con él e intentaba tranquilizarlo con juegos con los lego, puzzles o ensartar perlas en cuerdas. Poco a poco fue aceptando a su educadora y que algún niño entrara también en “el agujero”.
Las primeras semanas Erik tan sólo permanecía una hora en la guardería. Lentamente fuimos subiendo el tiempo, y ya no me tenía que quedar siempre ahí.
Para lograr que Erik saliera del “agujero” colocábamos al borde de la cortina juguetes que le llamaran mucho la atención, usamos pompas de jabón y procurábamos que en la sala central no hubiera demasiados niños. Después acercamos una mesa al borde de su escondite, también con juegos atractivos para él: plastilina, espuma de afeitar, puzzles, etc. Hasta que un día salió, se sentó y empezó a jugar. Poco después, ya estaba jugando con otros niños. Nos costó más de un mes que Erik perdiera sus “miedos”. Después, estaba encantadísimo y feliz de ir a la guardería para “jugar con los nenes”. En paralelo fuimos trabajando en casa también la conducta de juego (ver Juego), con grandes resultados.
Durante un año y medio, Erik ha permanecido unas cuatro horas diarias. Hay que tener en cuenta que teníamos sesiones de terapia en casa por la mañana y por la tarde. Actualmente, está unas seis horas, pues ya hacemos terapia sólo por las tardes.
En otro artículo concretaré algunos de los ejercicios que he hecho con Erik en la guardería: primero para que aceptara la presencia o el contacto coporal con los otros niños, así como para ir eliminando sus problemas de hiperestimulación sobre todo auditiva.. Y después ya para mejorar la interacción y la conducta de juego. Ahora sobre todo estamos trabajando el juego de rol y la fantasía.
ESTRATEGIAS GENERALES PARA EL JUEGO DEL NIÑO CON OTROS NIÑOS EN LA GUARDERÍA
Es importante animar a nuestro hijo a jugar con los otros niños, pero sin forzarlos. Por eso, procuraremos crear situaciones atractivas y estimulantes para que el niño se vaya integrando de forma natural. Ya trabajaremos después de forma estructurada.
1. La primera forma de crear contacto es que tú (o los educadores) juegues con el niño. Intenta que el juego sea muy atractivo tanto para tu hijo como para los otros niños del grupo. Nosotros tuvimos dos grandes aliados: las pompas de jabón en situaciones de pie, y la espuma de afeitar para embadurnar las mesas en situaciones sentados. Después ya utilizaríamos otros juegos: lego, plastilina, puzzles de encajar, lotos, pinturas de dedos, tirarnos la pelota sentados, etc.
Cuando los otros niños vean cómo tú (o el educador) te estás divirtiendo con tu hijo, lo más seguro es que se sientan atraídos y comiencen a participar. Cuando los niños están “jugando” juntos, te puedes ir retirando para dejar que interactuén: que exploten juntos las pompas de jabón, que extiendan la espuma de afeitar sobre la mesa, etc.
Las palabras de apoyo del tipo: “muy bien, qué divertido”, “qué bien lo haces”, etc. le darán seguridad a nuestro pequeño.
Es bueno que poco después dejemos la iniciativa del juego a nuestro hijo, es decir, que elija él a qué quiere jugar; después jugamos con él a eso de forma muy divertida y provocamos que los otros niños se acerquen. (cuanto más reducido sea al principio el grupo de niños, mejor).
2. La segunda forma de provocar la interacción es acercar a nuestro hijo a un grupo de niños pequeño que estén jugando a algo que a nuestro hijo le guste mucho. Con Erik nos funcionaron siempre los legos y otros juegos de construcción, que le encantan. A veces provocamos nosotros la situación: es decir, teníamos a dos niños jugando con los Lego y Erik y yo nos acercábamos a ellos para jugar. Es conveniente preguntarles: “¿podemos jugar con vosotros?, va ser más divertido”, de esta forma prepararemos el terreno para la siguiente estrategia.
3. El siguiente paso sería promover que los otros niños se acerquen a nuestro hijo (por ejemplo con unas piezas de lego o con unos coches) y le pregunten si quiere jugar con ellos. Cuando esto ocurra, motiva a tu hijo de forma muy positiva para que se una: “ala, qué divertido, vas a jugar a los Lego con xx y xx”, “vamos a construir una casa con los nenes, qué bien”, etc.
Todos los niños, con o sin autismo, disfrutan interactuando con otros niños. Si no juegan o no interaccionan es, generalmente, porque no saben como empezar y están esperando que alguien lo haga por ellos. Necesitan mucha más orientación.
Por eso hay que ser muy creativo, proporcionar juegos atractivos, estimular y alabar a nuestro peque. La meta es que el niño participe activamente e interactúe con los demás niños. En paralelo se irán trabajando también aspectos concretos o problemas que surjan de forma muy estructurada.
(continuará con estrategias para los juegos en círculo)