Carmen Leal descubre la nueva „enfermedad autista política“


Tras una ardua investigación que le ha llevado a concluir que autismo es “una enfermedad que afecta a la comunicación y que consiste en una anomalía en las conexiones neuronales”, la profesora de Lengua y Literatura españolas Carmen Leal ha descubierto la nueva enfermedad autista política, según publica ella misma en el diario La voz de Barcelona.

Con gran alegría y desparpajo, partiendo desde el gran respeto que implica la pregunta “¿Cuántas veces hemos sopesado si nuestros políticos estaban bien de la cabeza?”, se vanagloria de haber encontrado ella solita la respuesta: “Son autistas políticos porque los síntomas de los autistas coinciden con los síntomas que presentan nuestros políticos en general que son: la incapacidad de interacción social (ellos a lo suyo), el aislamiento (viven en otra galaxia) y las estereotipias”.

¡Bien por la gran investigadora Carmen Leal que inventa nuevas enfermedades!

¡Bravo por su gran conocimiento de todos y cada uno de los mitos del autismo y que tanto daño siguen haciendo!

¡Enhorabuena por su gran dominio del lenguaje simbólico y la metáfora! La metáfora es una figura retórica que consiste en identificar dos términos entre los cuales existe alguna semejanza. Uno de los términos es el literal y el otro se usa en sentido figurado. Ya sabéis: autismo = seres que viven en otra galaxia, incapaces de interactuar y comprender, que nunca han trabajado en la sociedad civil, mal de la cabeza y con conexiones neuronales anómalas que les llevan a ser corruptos, ladrones (hay una gran lista en el artículo de la señora Leal)

¡Yupi por su desconcienciación y su contribución a la exclusión de las personas con autismo al recurrir –y herir con ello la dignidad- a un colectivo de personas para atacar y descalificar a otro colectivo!

No contenta con su contribución a la mejora de la sociedad, la gran experta conoce y recomienda alguna terapia…. Y…

No puedo seguir. ¡Qué triste, ¿verdad?

Una y otra vez la misma canción, hoy un político, mañana un periodista, ayer un líder de opinión. No se cansan, no. Mitos, desinformación y, como quien hoy en día no encuentra otra palabra porque el español es de lo más limitado, pues ala, toma un “autista” y te descalifico e insulto alegremente.

En fin, copio el comentario que he dejado en el artículo de Carmen Leal (pincha AQUÍ) y os invito a hacer lo mismo:

“Más que indignación, este artículo de opinión me ha producido infinita tristeza. Utilizar el término “autismo” o “autista” para descalificar o insultar está a la orden del día. A pesar de los esfuerzos que muchísimas personas y entidades estamos realizando para erradicar la asociación de autismo con “incapacidad de interacción social” o “aislamiento en su propio mundo”, entre otros mitos y falsedades, cada vez son más los periodistas, políticos o líderes de opinión los que con gran ligereza y desconocimiento se suman a un uso abusivo del lenguaje cuya consecuencia es una mayor discriminación hacia las personas con autismo. Aquí no es cuestión de metáforas, ni sentidos figurados, ni sensibilidad exacerbada ni mucho menos linchamiento. La verdadera cuestión es por qué hace falta recurrir –y herir con ello la dignidad- a un colectivo de personas para atacar y descalificar a otro colectivo. Todos somos diferentes, pero todos tenemos los mismos derechos. Señora Leal, le invito a que vuelva a revisar su artículo después de haber leído las diferentes opiniones vertidas en los comentarios y haberse informado sobre lo que significa en realidad tener autismo. Mi hijo cumplirá pronto siete añitos, tiene todo el futuro ante él; por favor, no sea usted también una piedra en su camino hacia adelante”.

Manuel Rincón publicó un artículo muy bueno en el blog de ASPAU, donde se recogen los diferentes manuales de estilo para los medios de comunicación.

Enlace AQUÍ.

Y nuestro Grupo Contra los Mitos del Autismo, con más de 6.469 voces unidas, seguirá actuando hasta que haga falta. Súmate en Facebook (enlace AQUÍ), porque unidos tenemos más fuerza, además de la razón sin perder el respeto.

En esta ocasión os pido que dejéis también comentarios y vuestra opinión en esta entrada si tenéis un momentito; sé que la van a leer muchas personas, y me encantaría que se nos conozca para seguir  contribuyendo a la concienciación y a la información sobre el autismo. GRACIAS y ADELANTE SIEMPRE.

(PD, para los que lo justifican como metáfora:

La metáfora es una figura retórica que consiste en identificar dos términos entre los cuales existe alguna semejanza. Uno de los términos es el literal y el otro se usa en sentido figurado.
Si digo: la hierba de sus ojos, de inmediato pienso en unos ojos de color verde (no en unos ojos de color negro).
Si digo: La fresa de sus labios, imagino unos labios rojos, frescos, jugosos… y no unos labios mortecinos.
Me encantan las metáforas, el lenguaje simbólico, la riqueza del español…. Así como el respeto, la información y la concienciación.
En la metáfora se asociación dos términos que tienen semejanza. Bien. En este artículo se ha partido de muchas creencias erróneas y mitos sobre el autismo, lo que ha llevado a utiliza el término no en sentido metafórico, sino peyorativo y asociado a connotaciones negativas que poco o nada tienen que ver con la realidad.
El autismo no es una enfermedad, es un síndrome que afecta a las personas de forma distinta. Por lo tanto, no existiría nunca esa “enfermedad autista política”, como tampoco se podría generalizar.
Da la casualidad que las personas con autismo no son incapaces de interacción. Neva creencia falsa que desacredita la “metáfora”.
Tampoco viven en una galaxia, ni dentro de un armario ni en el planeta XR2. Sienten, juegan, se comunican –con o sin lenguaje-, abrazan, besan, comparten, son luchadores natos que se esfuerzan a diario y les es difícil entender la ironía, los juegos de palabras o la mentira –pero hasta eso aprenden en muchos casos con la estimulación adecuada-.
Podría seguir… pero creo que no es el caso. Aquí, como he comentado antes, no se trata de metáforas ni de sentidos figurados, sino de haber tomado el término “autismo” y muchos síntomas que no son los del autismo como base para descalificar e insultar. Y además por parte de una profesora de lengua y literatura españolas.
Me parece muy bien que la señora Leal esté descontenta con la clase política y así lo desee expresar en público. Pero lo que no se puede admitir ni de ella ni de nadie es que utilice a un colectivo para desacreditar a otro colectivo partiendo de un desconocimiento que pretende elevar a la categoría de metáfora y, además, con una ironía desinformativa que está causando un daño innecesario.)