Tras haber practicado mucho las fases anteriores (ver Las primeras conversaciones 1), daremos un paso más para mejorar el nivel de conversación del niño. En esta ocasión el objetivo será no sólo que el niño conteste nuestras preguntas, sino que se interese por lo que le preguntamos y decimos y, a su vez, pregunte o reafirme para obtener más información sobre lo que le estamos contando.
Cuando comenzamos esta fase de trabajo –en febrero de 2009-, recuerdo que pensamos que era un reto muy importante. Y Erik volvió a sorprendernos con su rapidez para entender qué pretendíamos. No tuvimos que ensayar demasiado para que Erik comenzará a participar de forma más y más activa.
Como material de apoyo usamos un magnetofón infantil con dos micrófonos (ver el vídeo). El adulto utilizaba su micrófono para preguntar o afirmar y Erik el suyo (Primero lo probamos con dos teléfonos, pero no funcionó tan bien).
FASE 6. PREGUNTAS RECÍPROCAS – respuesta + “¿y tú?”
- ¿Cómo te llamas? - el niño responde y a continuación se provoca que diga “¿y tú?”
- ¿Cómo estás? - bien, ¿y tú?
- ¿Cuántos años tienes? - 4, ¿y tú?
- ¿Qué has comido hoy? – pollo asado, ¿y tú?
- ¿Te gusta comer chocolate? – Sí, ¿y tú?
- Etcétera.
Para trabajar esta fase, en lugar de comenzar con la pregunta “¿cómo te llamas?”, lo que hicimos fue tomar el micrófono y afirmar: “Me llamo Sofía, ¿y tú?”. Al decir la pregunta “¿y tú?” señalábamos también el pecho de Erik con el dedo índice (tal y como trabajamos los pronombres personales yo y tú).
Erik respondía: “Erik” – “Muy bien, yo me llamo Sofía y tú te llamas Erik”.
Lo mismo con la segunda pregunta: “Yo estoy bien, ¿y tú?” – “Yo estoy (también) bien” – “Fenomenal, yo estoy bien y tú también”.
Tras practicar así varias series, pasamos a probar con la pregunta y ¡funcionó! Erik no sólo contestaba, sino que de inmediato preguntaba ¿y tú? –und du?, en alemán.
Veamos el vídeo:
Cuando la terapeuta comienza el programa, Erik pide de inmediato el micrófono. A continuación pasan a las preguntas:
¿Comes chocolate con nueces? – No, ¿y tú? – Yo tampoco
¿Comes chocolate blanco? – Sí, ¿y tú? – Yo también como chocolate blanco.
¿Comes carne? – Sí, ¿y tú? – Yo también.
¿Comes pescado? – No, ¿y tú? – Yo sí como pescado, etc.
FASE 7. REACCIÓN A LA AFIRMACIÓN DE OTRA PERSONA
- Adulto: Yo tengo una pintura roja – el niño dice: yo tengo una pintura azul
- Yo tengo un boli en la mano – Yo tengo un coche en la mano
- Me llamo XXXX - Me llamo Erik
- Me gusta jugar al fútbol – Me gusta jugar con los legos
- Etc.
Comenzamos esta fase colocando diferentes objetos en la mesa. La terapeuta toma un objeto y dice: “yo tengo una pintura roja”. A continuación el niño coge otro objeto y dice “Yo tento una pintura azul”.
Después de haber practicado bastante con objetos visibles, se pasará a las preguntas abstractas: “me llamo Sofía” – “Me llamo Erik”, etc.
FASE 8. AFIRMACIÓN – PREGUNTA
- Adulto: Tengo un perro – Niño: ¿Cómo se llama?
- El domingo he ido de excursión – ¿Dónde has ido?
- Me he comprado un juguete / libro - ¿qué juguete / libro?
- Me gusta ir al centro comercial - ¿Por qué?
- Etc.
Practicar esta fase nos resultó un poco más complicado. Así que nos servimos de dibujos o fotografías, además de tarjetas con preguntas: ¿DÓNDE?, ¿QUÉ?, ¿CÓMO?, ¿POR QUÉ?, etc.
Veamos ejemplos:
La terapeuta enseña a Erik una foto de su perro: “Mira, Erik, este es mi perro”. ¿Quieres saber cómo se llama? – Sí – Pregúntame cómo se llama mi perro - ¿Cómo se llama tu perro? – Mi perro se llama Tom. Muy bien, me has preguntado muy bien.
La terapeuta dice: “Este domingo he ido de excursión”. A continuación toma una tarjeta con la pregunta ¿DÓNDE? - ¿Quieres saber dónde? , pregúntamelo - ¿Dónde has ido de excursión? – He ido de excursión al Zoo, mira (y le enseña una foto).
FASE 9. AFIRMACIÓN – AFIRMACIÓN NEGATIVA
- Adulto: Me gusta el queso – Niño: a mí no. A mí me gusta el jamón
- Me gusta oír la música muy alta – A mí no. Me gusta escuchar la música bajita
- Me encantan los perros – A mí no. A mí me gustan los gatos
- Etc.
Para preparar esta fase, teníamos muy claros los gustos de Erik; es decir, qué cosas no le gustan: el queso, el pescado, etc. De esta forma ya teníamos asegurada su respuesta NO. Después teníamos que ensayar con él que realizara a continuación una afirmación. Lo hicimos así:
Me gusta el queso – A mí no – Ah, no te gusta el queso, ¿y qué te gusta? – A mí me gusta el jamón – Muy bien, no te gusta el queso, pero te gusta el jamón.
A base de ir practicando, logramos eliminar “no te gusta el queso, ¿y qué te gusta?” y que Erik contestara “A mí no, a mí me gusta el jamón”.
FASE 10. AFIRMACIÓN – AFIRMACIÓN MÁS PREGUNTA
- Adulto: Me gusta el helado – Niño: Me gusta el helado y las galletas. ¿Te gustan las galletas?
- Yo veo las historias del Maulwurf – Yo también. ¿También te gustan?
- Me gusta jugar con los Lego – A mí también. ¿Te gusta hacer casas?
- Los domingos me voy de excursión – Yo también, ¿a dónde vas?
Cuando llegamos a esta fase, Erik ya dominaba bastante el “arte de la conversación”, así que prácticamente fue rodando sola.
Volvimos a rescatar el micrófono –uno esta vez- para que Erik hiciera preguntas a la terapeuta. Le encanta su papel de “entrevistador”.
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He presentado una serie de ejercicios que realizamos primero con Erik en mesa, pero lo más importante es después la generalización en el día a día, es decir, en ambientes naturales: jugando con el niño, en las excursiones, en la guardería, durante la cena, en visitas a casas de amigos, con la familia… Lo que parecía tan estructurado al principio fue tan sólo la estrategia que seguimos para desarrollar la capacidad de conversación de Erik y propiciar su interés hacia lo que hacen otras personas.
Hoy en día, como comenté en la entrada anterior, Erik es un niño muy conversador. Muchas veces inicia las conversaciones haciendo referencia a sus gustos personales: postes de la luz, sistemas eléctricos, de tuberías o calefacción, generadores, extintores, alturas de pisos, distancias, sumas y potenciales, etc., pero también pregunta los nombres y las edades o se interesa por los gustos de las otras personas. Además, partiendo de sus intereses, no resulta difícil desviar la conversación hacia otros temas, porque es un niño muy curioso y muy despierto.
En la entrada Lenguaje comunicativo y narración de vivencias 5 hay también muchas otras ideas para potenciar la conversación.
¡Que lo paséis muy bien!