Primeras palabras 1

 (Esta entrada se ha actulizado con nuevos documentos en enero de 2011, ver al final)

Uno de los momentos más felices de mi vida fue escucharle a Erik decir “mamá”. Creo que no hace falta que describa mis sentimientos… pero fue grandioso. “Mamá” no fue su primera palabra. Cuando tenía unos 14 meses, Erik emitía algunos sonidos y decía “oma =del español toma”. Con 18 meses se volvió mudo del todo y hubo que esperar un año para que volviera a balbucear algunos sonidos.
En mayo de 2007 comenzamos la terapia de modificación de conducta. En esa época sus palabras eran “Loch = agujero en alemán”, “agua”, “kuki = de Gurke (pepino en alemán), “Licht = luz”, “Evi = oliva”, “Auto”, “Eimer = cubo” y muy poco más. En cuanto empezamos a trabajar comprensión de lenguaje y los primeros pasos de producción, el desarrollo del lenguaje fue espectacular.

Sobre la adquisición del lenguaje:

Incluyo aquí unas palabras de Javier Garza (¡cómo te echamos de menos!, desde aquí mi admiración y mi agradecimeinto por ayudar a tantas familias de forma desinteresada; descansa en paz):
Para que un niño aprenda a hablar deben existir tres variantes muy importantes:
- que el niño tenga la habilidad de imitar (ya hemos ido practicando la imitación)
- que el niño logre algo a través del lenguaje (por ejemplo, lo que hablábamos en el artículo anterior: darle de inmediato al niño el objeto que señala)
- y que los padres exijan al niño dicho lenguaje, es decir, intentar no anticiparnos a sus necesidades (si sabemos que el niño tiene sed, esperar que intente comunciarlo de alguna forma antes de darle el vaso de agua, por ejemplo. Eso sí, esperar sólo un tiempo prudencial).

Nosotros empezamos a trabajar la producción de primeras palabras tanto en ambiente natural (es decir, en situaciones cotidianas del día a día) como en la mesa de actividades.

Trabajamos las primeras palabras:

En cada sesión de trabajo se trabajan como máximo tres palabras.
Algunas palabras se trabajan en la mesa, pero otras en movimiento. Es muy importante mantenere la motivación del niño, que sea todo muy divertido, con grandes muestras de alegría, con mucha interacción.
Hablar muy poco, con órdenes precisas y claras. Pronunciar la palabra que se vaya a trabajar de forma muy clara, vocalizando muy bien, y presentándola como la palabra más bonita del mundo (os puedo asegurar que en cuanto Erik se arrancó a ampliar vocabulario, sus palabras favoritas eran larguísimas: “Atemschutzgerät”, „Pfeffermühle”, etc., y yo me las veía fatal para pronunciarlas, ja,ja).

Es muy importante que el niño aprenda la palabra asociándola con una experiencia emocional (mejor positiva que negativa). Es decir, no limitarnos a enseñarle la foto o el objeto cuya palabra tiene que aprender, sino incluirlo dentro de una interacción divertida.

PELOTA (BALL):

Tienes una pelota en la mano. La lanzas al aire y la recoges, la haces rodar, juegas con ella de forma muy divertida y dices: “PE-LO-TA”.
Se debe intentar por todos los medio que el niño se interese por la pelota, que alce las manitas para intentar cogerla, que corra detrás de la pelota cuando ésta ruede.
Al cabo de un rato, sujetas la pelota entre las manos y das la orden: “(nombre del niño), di PE-LO-TA”. Probablemente, el niño no repetirá la palabra, pero se le da la pelota (o se le lanza la pelota), se le deja jugar con ella y se le dice: “bien, PE-LO-TA”.
Se repite varias veces.
Llegará un momento en el que, si hemos desarrollado una interacción muy divertida y el niño tiene un deseo enorme de jugar con la pelota, tomaremos la pelota, diremos “(nombre del niño), die PE-LO-TA” y sólo se la lanzará si el niño repite la palabra. Ojo, nunca se debe frustrar al niño, si pasado un tiempo prudencial no ha dicho la palabra, pues se termina lanzándole la pelota y “bien, PE-LO-TA”.

Este tipo de juego se puede hacer con “coche” (se juega a rodar el coche, conducirlo por un circuito, etc.), “tren”, “pompas de jabón” o con otros juguetes favoritos.

En el libro “Daniel no habla” de Marti Leimbach, se describe muy bien una situación de aprendizaje de sonidos. Se juega con un coche con el niño y se hace rodar por una superficie hasta que cae al suelo. Cuando cae, se exagera el ruido que hace al chocar contra el suelo: “CA-TA-CLÓN”. Llega un momento en el que el niño dice “CATACLÓN” cada vez que el coche golpea el suelo. Y como la situación le divierte tanto, terminará diciendo “COCHE”.


AGUA – ZUMO – CHOCOLATE – GALLETA (u otros alimentos)

Con los alimentos, se trabaja en mesa.
Supongamos que al niño le encanta el chocolate, por ejemplo (a Erik no le gustaba porque era “marrón”, así que trabajamos otros alimentos). Se disponen trocitos de chocolate de distintas clases y en varios recipientes, todo muy divertido. Un trozo de chocolate está en un platito junto con un molinillo que da vueltas; otro trozo, junto al matasuegras; otro trozo, junto a las pompas de jabón, etc. Es decir, chocolate asociado a un objeto que al niño le guste mucho.

Tomas un trozo de chocolate. Dices: CHO-CO-LA-TE, y te lo comes con muchos gestos de qué rico está. El niño querrá inmediatamente un trozo. Das la orden: “(nombre del niño), di CHO-CO-LA-TE”. El niño no lo dirá al principio, pero se le da el chocolate y se dice de inmediato: “Bien, CHO-CO-LA-TE”. Mientras el niño se lo come, se usa como recompensa el juguete que estuviera junto al trozo de chocolate (por ej., pompas de jabón). Así se va haciendo un buen rato, utilizando cada vez uno de los juguetitos con recompensa.

Después, se vuelve a dar la orden: “(nombre del niño), di CHO-CO-LA-TE”. Se espera un tiempo prudencial a que el niño repita la palabra (y antes de que se frustre o empiece una rabieta, pues se le da el trozo de chocolate y la recompensa aunque no haya dicho la palabra).
Cuesta tiempo y paciencia, pero el nene dirá cho-co-la-te. O puede que empiece con “LA-TE”, pues ya está muy bien así, aunque se le corregirá al decir: “bien, CHO-CO-LA-TE”.


BAILAR – BESAR – COLUMPIAR – COSQUILLAS (y otras acciones)

La mecánica es la misma que se ha descrito antes. Se crea una situación de juego, muy interactiva. Después se trabaja la palabra objetivo.
Al principio se baila, o se hacen cosquillas al niño aunque no diga la palabra. Después hay que ir provocando que diga la palabra y esperando un tiempo prudencial antes de seguir bailando o haciendo cosquillas , etc. para provocar que la diga.

Con un columpio se puede hacer muy bien:
Con el niño sentado, se sujeta el columpio. Dices: “CO-LUM-PIO” y lo balanceas. Al rato, paras el columpio y vuelves a decir: “CO-LUM-PIO”, y lo balanceas. Al cabo de un rato, paras el columpio y das la orden: “(nombre del niño), di CO-LUM-PIO” y esperas a su reacción antes de seguir balanceándolo, etc.

Ejemplos de palabras que logramos con Erik:

- Con el columpio logramos “más”, “alto”, “arriba”, “columpiar”
- Con la pelota logramos “pelota”, “pie”, “mano”, “tira”
- Haciendo cosquillas logramos: “más”, “cosquillas”, “basta”, “dedo”
- Con una pelota de gimnasia donde el niño se puede sentar y botar logramos “vuelta”, “hop-hop”, “redondo”
- Esperando a Erik con los brazos abiertos, cogiéndolo y levantándolo muy alto logramos: “arriba”, “alto”, “techo”, “brazos”
- Haciendo rodar un coche por una superficie (la mesa, por ejemplo) y rodándolo hasta que cayera al suelo logramos: “coche”, “abajo”, “run-run”, ·”roto”, “rueda”, “tubo de escape”
- Girando al ritmo de música logramos: “bailar”, “girar”
- Rodando por el suelo logramos: “rodar”, “suelo”, “barriga”, “culo”
- Con una cesta de ropa con la que nos disfrazábamos logramos palabras de distintas prendas y partes del cuerpo.

OBJETOS Y PERSONAS

Lo primero es hacer una lista de las palabras o sonidos que emite el niño. Estad atentos, pues si emiten sonidos, generalmente hay una palabra escondida ahí (el caso de kuki = gurke). Si el niño aún no habla, pues un poquito de paciencia.
Y también una lista de sus objetos u actividades favoritas: tren, coche, cosquillas, pompas de jabón, bailar, columpiarse, etc.

De todo ello hicimos fotos (grandes y muy claras, sin cosas extras que pudieran desviar la atención). Y también fotos de las personas más cercanas (papá, mamá, abuelos, terapeutas). También utilizábamos los objetos concretos.
Además de trabajarlo en mesa, colgábamos las fotos en distintos lugares de la casa. Cada vez que pasábamos delante de una foto, la señalábamos y decíamos: “AUTO”, “PA-PA”, etc.

Trabajamos con fotos en la mesa de actividades:
Muestras la foto de una persona y dices: “PA-PÁ”. Después, la orden: “(nombre del niño), di PA-PÁ”. Conmo refuerzo se tienen sobre la mesa trocitos de las cosas de comer que más le gusten y sus juguetes favoritos.
Lo mismo al mostrar la foto de un objeto o el objeto en sí.

Éste es uno de mis primeros vídeos con Erik. Es uno de mis favoritos a pesar de no ser de los mejores (estaba demasiado nerviosa). Es de finales de julio de 2007 (Erik tenía tres años). Su vocabulario estaba creciendo muy rápido y ya era capaz de decir los nombres de las personas de las fotos. Sí, ya decía "MAMA" al mostrarle una foto... ¡qué poquito faltaba para que lo dijera de forma espontánea!

SONIDOS ONOMATOPÉYICOS DE ANIMALES

Como material de trabajo utilizamos un juguete que era una granja con animalitos. Si se accionaba el animalito, emitía su sonido: “mu”, “guau”, etc. Inmediatamente repetíamos el sonido y la orden era: “(nombre del niño), di MU”. Al principio le dejábamos accionar las teclas siempre, pero luego se lo impedíamos hasta que repetía el sonido (como siempre, esperar sólo un tiempo prudencial para evitar una rabieta).

Más adelante utilizábamos figuras de animalitos o fotos. Se coge la figura del animal (vaca), se dice: “MU” y se da la orden: “di MU”. En cuanto el niño la repite, se le elogia y se le recompensa.


CANCIONES INFANTILES

Y después pasamos a las canciones infantiles sencillas. Sentados frente a frente con dos sillas o en el suelo, cantas una canción, mejor muy cortita al principio, mientras das palmas. Generalmente el niño imita las palmadas también. Repites la canción un par de veces.

Después la cantas de nuevo, pero te detienes antes de decir una palabra, esperando la reacción del niño. Él se da cuenta que falta una palabra. Pasado un tiempo prudencial, sigues con la canción. Después de repetir varias veces este juego, Erik empezó a decir la palabra que faltaba. Después se hacía lo mismo con dos palabras. Al final se terminará cantando la canción entera con el niño.

Un ejemplo en español podría ser “El cocherito leré”, e ir provocando que el niño diga “leré”.

Lo mismo con juegos de dedos y pequeñas juegos infantiles. Con juegos de dedos, “este compro un huevo, este lo puso a asar, este le puso sal...., etc”. Y el mismo proceso que con las canciones.

O se sienta al niño en las rodillas y se dice lo de “al paso, al paso, al trote, al trote, al galope, al galope....”. Hay muchos de estos juegos.

ACTUALIZACIÓN. Dejo enlace a un documento de la Junta de Extremadura con muchos ejercicios e ideas para propiciar las primeras palabras. AQUÍ.