"El futuro es un puente a inaugurar". Son palabras de Mario Benedetti, quien se nos ha ido cuando ya era inmortal para dejar un hueco irremplazable en las letras. A él va dedicada mi entrada de hoy.
"Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres. Sembrando tu confianza, te dejo junto al mundo, derrotando imposibles, segura sin seguro (...) Pero tampoco creas a pie juntillas todo. No creas, nunca creas, este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes. Por ejemplo, en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano horizonte sin horas, en la huella del tacto, en tu sombra y mi sombra".
Estoy segura de que con él se ha llevado unas tijeras. Y en cualquier momento volverá para cortar la cinta que abra el puente de la inclusión de nuestros hijos.
Un ejercicio de imitación que realizamos con frecuencia fue presentar a Erik modelos fotografiados que él tenía que construir igual tras la orden "hazlo tú". Hay muchísimas posibilidades. Es un juego que mejora la concentración y la atención, los mantiene muy entretenidos, y sigue fomentando la imitación. (En las fotos Erik tenía poco más de tres años).