Formas y colores... ¡a ordenar!

El vídeo (julio 2007) muestra cómo Erik ordena por formas. La terapeuta ha puesto sobre cada uno de los cubos bocabajo una figura geométrica. Conforme las colocaba, comentaba: aquí un triángulo, aquí un círculo, aquí un cuadrado, aquí un hexágono. Después, le iba dando a Erik una figura, decía “ordena” y Erik debía colocar el círculo donde estaban los círculos, etc.

Desde muy pequeño, Erik mostró un gran interés por las formas geométricas. Le encantaba descubrir líneas, círculos, cruces, triángulos, cuadrados… en los objetos cotidianos o en la arquitectura de las construcciones. A veces miraba una pared –para mí vacía- ; pero no estaba “vacía”: había una pequeña grieta o se proyectaban los rayos del sol o las sombras en movimiento de un árbol. Eso es lo que él admiraba, de la misma forma que las esquinas o los cantos de una mesa.

Uno de sus pasatiempos favoritos a los veinte meses era abrir el cajón de los cubiertos, sacar las cucharas y colocarlas en línea encima de la mesa de la cocina. No se conformaba con colocarlas de cualquier manera, sino que las disposición era equidistante y la alineación perfecta. También hacía hileras de coches, de palitos…

Aunque en un principio estas situaciones eran desesperantes, muy pronto encontramos la forma de sacarles provecho: participar en el “juego” con él.

- Si miraba la proyección de la luz en la pared, la mirábamos con él. “Mira, Erik, es una calle de luz”. Y entonces nos poníamos a hacer sombras con nuestras manos para armar figuras: un perrito (“mira, Erik, un perro”), un pájaro, una casa…. Con el tiempo “calle de luz” sería una de las palabras favoritas de Erik, y todavía hoy jugamos a hacer sombras y a contar historias con los “personajes” de esa sombras.

- Erik aprendió el concepto “ancho” y “estrecho” abriendo y cerrando una puerta muy despacito. Si íbamos cerrando la puerta, la proyección de la luz del sol en el suelo era “estrecha” y “ancha” si abríamos la puerta más.
- Viendo su interés por las formas geométricas, compramos un juego que se llama “colorama”. Sobre un tablero hay que encajar figuras geométricas no sólo por su forma (triángulo, cuadrado, círculo o hexágono) sino también por el color (triángulo rojo, cuadrado verde, etc.). En un principio no seguíamos las reglas fijas del juego, sino que le dábamos la pieza a Erik para que él la colocara. Después, lanzábamos el dado y tenía que colocar la figura y su color según lo que indicara el dado.

- Con las cucharas o con los coches, armábamos las hileras junto con Erik. Pero poco a poco, en vez de filas, disponíamos los objetos en cruz (“mira, Erik, están en cruz), en círculo (“mira, Erik, están en círculo”), etc. Junto a las cucharas, utilizábamos los tenedores (“esto es un tenedor”) y otros utensilios de cocina que íbamos nombrando. Con el tiempo, los coches nos servirián para hacer diferentes juegos de rol (lo veremos más adelante).

- También de forma intuitiva, ordenábamos esos objetos por colores (los rojos juntos, los verdes juntos), por tamaños (los grandes a la izquierda, los pequeños a la derecha), etc. Como Erik reconocía los colores sin problemas, hacíamos lo mismo con las piezas de Lego: ordenarlas.

Por esa época aún no habíamos comenzado la terapia. Pero estos “juegos”, además de servirnos para orientar a Erik y mantenerlo entretenido en el día a día, serían de gran ayuda para el trabajo sistemático y estructurado que vendría después.

ENSEÑAR TAMAÑO, FORMA Y COLORES:

Enseñar el tamaño:


Lenguaje receptivo:
Colocaremos sobre la mesa delante del niño dos objetos que se diferencien sólo en el tamaño, no en cualquier otra dimension (como la forma o el color). Por ejemplo, coloca una pelota muy grande (30 cm o más de diámetro) sobre la mesa, y al lado coloca una pelota más bien pequeña (3 cm de diámetro) del mismo material y del mismo color. Entonces da la orden de tamaño, es decir, pide al niño que señale (o te dé) un tamaño en particular. Puedes decir «Dame la grande» o sim­plemente «Grande», que quiere decir que el niño te dé la pelota grande. En cualquier caso, la palabra «grande» debe ser la señal dominante, que tienes que pronunciar en voz alta y clara. Puesto que, probablemente, el niño no sabe qué hacer, debes inducir la res­puesta correcta, es decir, deberías señalar la pelota grande, o tomar la mano del niño para que coja la pelota y te la dé.
Una vez que el niño lo domine, puedes ir subiendo el número de objetos colocados en la mesa.

Lenguaje expresivo: (idea para más adelante)

Ahora puedes enseñarle a utilizar la denominación correcta, para que diga «Grande». Coloca dos pelotas sobre la mesa delante del niño, en­tonces pídele que señale una (por ejemplo, «Grande»). Entonces, una vez que el niño tenga su mano sobre el objeto apropiado, pregúntale «¿Qué tamaño?» para provocar que el niño diga: “grande”. Tanto si el niño lo dice como si no, tú repites siempre: “Sí, es la grande”.

Enseñar el color:
Coloca sobre la mesa delante del niño dos objetos (las piezas de Lego son geniales) que se diferencien sólo en el color y no en cualquier otra dimensión. El niño tiene que identificar un color en particular cuando des la orden de ese color, como «Rojo» o «Dame rojo», “Señala rojo”, etc.

Enseñar la forma:
Coloca sobre la mesa figuras que se diferencien sólo por la forma: triángulo, círculo, cuadrado, etc. (Nosotros usamos las piezas del colorama). Puedes ir variando las órdenes: “dame triángulo”, “coge círculo”, “señala cuadrado”, etc. Como siempre, si el niño no lo hace por sí mismo, tomaremos sus manitas para ayudarlo y diremos: “Sí, es triángulo”.




EMPAREJAR
Si el niño ya sabe distinguir formas, colores y tamaños podremos pasar a realizar los primeros ejercicios de emparejamiento, que nos servirán de base para ordenador por categorías en ejercicios posteriores. La categorización será de gran ayuda para el desarrollo posterior del lenguaje.

Ejercicio 1. Emparejar por tamaños.
Utilizamos una serie de objetos cotidianos en dos tamaños: grande y pequeño (que se vea bien la diferencia: coche grande / coche pequeño – taza grande / taza pequeña, etc.). La orden será “ordena los grandes juntos” (u “ordena los pequeños juntos”). El niño colocará en un lado todos los objetos grandes y al otro lado todos los objetos pequeños.
Como referencia y ayuda, colocamos un cesto grande para que metiera ahí los objetos grandes y un cesto más pequeño para que metiera en él los objetos pequeños. Conforme iba colocando un objeto, decíamos: “muy bien, Erik, el coche grande con los grandes”, etc.

Ejercicio 2. Identificar el mismo objeto.
Utlizamos series de dos objetos iguales: dos coches, dos cucharas, etc. (Si el niño tiene problemas, que sean lo más parecido posible).
Sobre la mesa se colocan cinco objetos. Y tú tienes en una cesta los mismos objetos. Sacas uno y dices: “(nombre del niño), señala el mismo (objeto)”. El niño tiene que señalar el mismo objeto de entre los colocados en la mesa.
Más tarde se pueden sustituir los objetos por fotos de los objetos.
Un paso posterior sería también identificar objetos con otros objetos que se hayan distribuidos por la habitación (en vez de tenerlos colocados encima de la mesa).

Ejercicio 3. Identificar personas.
Este es un ejercicio para hacerlo en el día a día. Al niño se le enseña la foto de una persona (que tiene que estar presente), se le dice “señala a papá” y el niño la tiene que señalar. De inmediato se dice: “Bien, (nombre del niño), es papá”.

Ejercicio 4. Ordenar por colores.
Se colocan sobre la mesa objetos de distintos colores (piezas de lego, por ejemplo). El ejercicio consistirá en que el niño ordene todos los objetos rojos juntos, los amarillos juntos, etc. Como ayuda, es bueno que tenga una referencia de donde colocarlos.
Nosotros utilizamos unas cajas puestas bocabajo, y Erik colocaba las piezas encima. Más adelante, pasamos a construir torres con piezas de lego del mismo color. Usamos diferentes bases (que también son de colores) para que fuera armando las torres.
La orden se irá complicando. Primero “ordena los rojos”, después “ordena por colores”, "ordena".

ACTUALIZACIÓN con material de Dana Horodetzky:

Ejercicio 5. Ordenar por formas
Como el ejercicio anterior, pero el niño deberá ordenador los círculos juntos, los hexágonos juntos, los triángulos, etc.

REGLAS BÁSICAS: Disfrutad siempre mucho cuando trabajéis con el niño. Siempre que él no pueda hacerlo por sí mismo, lo ayudáis con vuestras manos. No olvidéis nunca repetir qué ha hecho de forma verbal: “bien, es el rojo”, “bien, es el triángulo”, “bien, es papá”, etc. Y recompensarlo (con un juego que le guste mucho, por ejemplo) para que asocie el ejercicio a una experiencia positiva y se sienta orgulloso de haberlo hecho bien.

GENERALIZACIÓN: Una vez que el niño domina los ejercicios anteriores en la mesa de actividades, los practicaremos también en ambientes naturales y en situaciones cotidianas.

MATERIAL DE TRABAJO: Acabo de encontrar un enlace con material para ordenar por tamaños. El blog lo recomiendo también, hay muchísimos recursos: Recursos Aula PT.

ACTUALIZACIÓN:
Páginas con juegos de ordenador para trabajar los colores y las formas:
Vedoque
Ciudad 17 Formas
Ciudad 17 colores