Hipersensibilidad a sonidos - Ejercicios 1

El vídeo (mayo de 2008) muestra una sesión de trabajo para identificar sonidos, en este caso de instrumentos musicales. La carita de Erik está cubierta por una máscara, yo hago sonar un instrumento y le pregunto: "¿qué oyes?", él contesta. Después le dejo tocar a él el instrumento. ¿A que está divertidísimo con su máscara?
Erik tiene una sensibilidad muy especial hacia determinados sonidos: lo alteran, lo excitan, lo "emborrachan" o le dan miedo. Van por rachas, además. Tan pronto las campanas de la iglesia le vuelven loco de alegría, como no quiere pasar por la calle de la iglesia porque sabe que están las campanas.
Durante mucho tiempo no podía aguantar el llanto de un niño pequeño. O bien se tapaba los oídos o se acercaba hasta el bebé embalado al grito de guerra “bebé contento, CONTENTOOOOOOOOO”. De pequeño le asustaba la aspiradora, el cortacésped, la batidora, el secador... y ya no hay problemas con esos objetos o con el llanto de los bebés.
Pero siempre aparece uno nuevo: ahora no puede soportar el sonido de los secamanos de los lavabos públicos. Y su relación con los aparatos de música es de amor / odio. También con las canciones hay que tener un cuidado especial: le apasiona la música clásica o me pide que le cante a todas horas –y soy un destre entonando-, pero ay cómo suene de pronto una canción en inglés… Suele decir de inmediato “aus”, es decir, apaga; pero a veces le gusta escucharlas.
Hemos trabajado mucho, tanto de manera sistemática como en el día a día, la hipersensibilidad acústica de Erik.
Comienzo con este post a dejar los diferentes ejercicios que hemos ido haciendo, así como recursos, enlaces o información sobre el tema. Erik ha mejorado mucho en este sentido, pero aún nos queda mucho trabajo por delante.

Ejercicio 1. Aprender a oír ruidos y sonidos espontáneos
Le pedimos al niño que esté un momento callado (si puede, con los ojos cerrado) y escuche. Nos llegarán sonidos como: un coche que circula afuera, el ladrido de un perro, el sonido del viento, la lavadora que funciona, una puerta que se abreetc. Le iremos pidiendo al niño que los identifique.
Nosotros practicamos estos ejercicios tanto dentro de la casa como en el exterior. Podemos hacerlo sentados o recorriendo la casa o saliendo a la calle (con los ojos abiertos, claro).
También le podemos pedir al niño que identifique sonidos dentro de él: el latido del corazón, la expulsión del aire por la boca, un gruñido de las tripas, etc.
Este ejercicio nos servirá también para identificar aquellos sonidos con los que el niño tiene problemas (y que trabajaremos después de forma sistemática).
La orden será: “(nombre del niño), ¿qué escuchas?”

Ejercicio 2. Aprender a oír sonidos y ruidos provocados.
Este ejercicio lo realizamos sentados en mesa. Erik tenía la carita cubierta con una máscara que no le dejaba ver. Hacíamos un sonido, y él lo tenía que identificar tras la pregunta: “¿qué escuchas?”
Dejo una lista con ideas:
- Cortar papel con la tijera
- Golpear la mesa con los nudillos
- Arañar una superficie con las uñas
- Hacer rodar una pelota
- Golpear con un martillo
- Sacarle punta a un lápiz
- Arrugar papel
- Doblar papel
- Saltar sobre el suelo
- Palmear
- Chasquear los dedos
- Chasquear la lengua
- Silbar
- Dejar caer un objeto al suelo
- Frotarse las manos
- Echar líquido en un vaso
- Dar vueltas con una cucharilla en una taza
- Cerrar una cremallera
- Escribir con tiza sobre la pizarra
- Escribir sobre un papel
- Romper papel
- Dejar una taza sobre el platillo
- Dar un mordisco a una manzana
- Cortar con un cuchillo
- Comer algo crujiente
- Sonarse la nariz
- Tirar un manojo de llaves al suelo
- Intrumentos: flauta, castañuela, xilófono, pito, etc.
- Sonidos onomatopéyicos de animales.

Con el tiempo, cuando Erik había superado su miedo a secadores, batidoras, etc, también utilizábamos pequeños electrodomésticos.
Ejercicio 3: "memory" de sonidos.
Para realizar este ejercicio, preparamos el material de trabajo utilizando los cartuchos vacíos de los carretes de fotos y pequeños objetos para meter en su interior: arroz, harina, granos de café, arena, trozos de porcelana, pepitas de manzana, maíz, trocitos de espaguetti, grapas, bolitas de metal, etc.
Había dos carretes con arroz, dos con pepitas de manzana, etc.

En un principio trabajábamos con series de tres (es decir, seis carretes). Erik levantaba un carrete, lo hacía sonar. Después levantaba otro, etc. hasta identificar el par. Poco a poco fuimos subiendo el número de pares.
Impresionante su precisión, incluso para distinguir harina, de arena, de azúcar o de sal.
El otro día descubrí el blog (gracias, Celia, por tu trabajo): Juegos de Atención Temprana.
con diferentes juegos de ordenador. Entre ellos, hay una loto de sonidos:

Quedan todavía muchos ejercicios que hemos ido practicando, sobre todo cómo trabajar los “sonidos problemáticos”. Irán en el siguiente post.
(continuará)